martes, 13 de julio de 2010


Así llegó al mundo Andrea, la bisabuela

Han tocado a agonía y he venido corriendo asustada por si era la niña, como ayer estuvo que se nos iba, vengo sin respiración, se ha calmado?, cesó en ese llanto que parecía un desacuerdo con el vivir?
Y sonríe desde que al izarla su padre la llamó Andrea como si hubiera necesitado ese nombre para venir al mundo.
¡qué ocurrencia! ¿No le pusieron Isabel?
Así la nombró D. Paulino al ir a bautizarla y así comenzaron los llantos que nos ahogaban a todos en su pena. Toda la familia descompuesta, entrando y saliendo amas, médicos, comadronas, la cogían, la elevaban, la mimaban y cada vez que la nombraban Isabel, enrojecía, apretaba manitas y ojos como soltando la ira que la comía y soltaba el llanto como arrojándose por él, como queriendo que se la llevara.
Y así toda la noche hasta que D.Andrés decidió terminar con esa angustia, llamó al cura y comenzaron los responsos. Ya tocaban agonía –como oíste- cuando la levantó y dijo: Viniste al mundo para celebrar mi santo, no te vayas Andrea, mi Andreíta. Y besándola su carita recobró el color, abrió sus manitas y calló.

Fita

2 comentarios:

  1. Qué relato más original, con tu sello personal. Mi padre, Andrés, debió de pensar algo parecido cuando decidió ponerme Pedro.... Andrés. Y yo tan ricamente callado.

    Un beso.

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  2. Milagro. :) Bonito relato y bonitas coincidencias.

    Yo curiosamente comparto la misma historia de Pedro, pero yo tengo el Andrés antes del David. Y también tengo una abuela con un embrollo de nombres el día del bautizo.

    Besos

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